
Estrategias para el desarrollo de las habilidades musicales
El artículo titulado "Diseño de estrategias de aprendizaje para el desarrollo auditivo y de musicalidad en estudiantes de música de la Universidad de Montemorelos" en el que trabaje presenta una propuesta metodológica para fortalecer las habilidades auditivas y la musicalidad de los estudiantes de música. A través del análisis de necesidades, se diseñan estrategias pedagógicas centradas en la práctica auditiva activa, el uso de recursos tecnológicos y la aplicación de metodologías innovadoras. El estudio busca mejorar la percepción melódica, rítmica y armónica, favoreciendo así un aprendizaje más integral y efectivo en la formación musical. Los resultados sugieren que la implementación de estas estrategias tuvo un impacto positivo en el desarrollo auditivo de los participantes.
El desarrollo del oído musical es fundamental en la formación de un músico, ya que influye directamente en su capacidad de interpretación y expresión. Las estrategias utilizadas, como la repetición, la asociación con canciones y los métodos Kodály, Orff y Suzuki, permiten que los estudiantes afiancen su percepción auditiva de manera progresiva y estructurada.
Sin embargo, un desafío clave es la diversidad de niveles entre los alumnos, lo que exige a los docentes adaptar sus métodos para garantizar un aprendizaje efectivo. Además, la combinación equilibrada entre teoría y práctica es esencial para que el conocimiento musical no sea solo mecánico, sino también comprensivo y expresivo.
En definitiva, fortalecer la musicalidad requiere constancia, paciencia y estrategias bien diseñadas que permitan a los estudiantes no solo escuchar la música, sino también interiorizarla y comunicarla con autenticidad.
Uno de los aprendizajes más significativos que obtuve al trabajar en esta investigación fue comprender la complejidad del concepto de musicalidad. Descubrí que ser un músico integral no depende únicamente de la destreza técnica o la capacidad de ejecutar un instrumento con virtuosismo, sino que implica un conjunto de habilidades interconectadas que deben desarrollarse de manera equilibrada. Un músico puede sobresalir en un área específica, pero si no cultiva otras habilidades esenciales, su formación será incompleta.
Dentro de estas habilidades, considero que la más importante es el oído musical, ya que es la base para la interpretación, la improvisación y la conexión profunda con la música. Un oído bien entrenado permite no solo afinar correctamente y reconocer estructuras melódicas y armónicas, sino también desarrollar una mayor sensibilidad auditiva y expresividad musical. A través de la investigación, comprendí que el desarrollo del oído debe iniciarse de manera temprana y estructurada, ya que, al igual que en el aprendizaje de un idioma, cuanto antes se exponga el cerebro a los estímulos auditivos, mayor será la capacidad de percepción y retención.
El trabajar en esta investigación me permitió valorar la importancia de un enfoque integral en la educación musical, donde no solo se fomente la técnica, sino también la percepción auditiva y la musicalidad como un todo. La música es más que tocar notas; es entender, sentir y comunicar a través del sonido, y el oído musical juega un papel fundamental en este proceso.
Uno de los primeros es la selección de información adecuada para la recopilación de datos y la cantidad de información respecto al tema que existía en español.
Al tratarse de un tema tan complejo, sentí que la música va más allá de ser solo una expresión artística, ya que su impacto abarca diversas áreas como la psicología, la medicina y la educación. Encontré, entre los artículos que leí, estudios que han demostrado cómo la práctica musical no solo desarrolla la percepción auditiva, sino que también mejora la capacidad para distinguir sonidos con mayor precisión.
Este desarrollo auditivo tiene efectos directos en la pronunciación, la comprensión del lenguaje y las habilidades de comunicación, ya que el entrenamiento musical agudiza la capacidad del cerebro para procesar sonidos y reconocer patrones sonoros con mayor facilidad. Esto explica por qué muchas estrategias de enseñanza del lenguaje incorporan la música como una herramienta para mejorar la entonación, la dicción y la fluidez verbal.
Además, desde la psicología, se ha demostrado que la música estimula áreas del cerebro relacionadas con la memoria y el aprendizaje, facilitando el desarrollo cognitivo. En el campo de la medicina, se ha utilizado como terapia para la rehabilitación de personas con dificultades del habla o trastornos neurológicos, ayudando a mejorar su capacidad de expresión y comunicación.